Eso es al menos lo que canta en su canción: “Las oportunidades”, Andrés Calamaro. Y, si te paras a pensarlo, hay mucho de verdad en ello:
- Lo primero que dice es que la culpa es un invento, y tanto que lo es.
- Lo segundo que es muy poco generoso con el que la siente, porque lo paraliza de tal modo que no puede hacer nada.
Y es que, como os contábamos en el anterior post, desde el minuto cero ya eres culpable sin saberlo. Pero oiga que acabo de nacer… ¡¡Culpable!! Pero que acabo de llegar a este mundo un poco de alegría y tal…¡¡Culpable!!
Lamentablemente compramos eso desde muy pronto, porque solo hay una cosa peor que creerse la culpa es perder las oportunidades que no te permites disfrutar al sentirla. Todo eso que nos perdemos tras una culpa malentendida. Así que salgamos amistosamente de ese engaño con los consejos de Marly:
Imagen de portada: CarballodeTroya