El esfuerzo (I)

¡El esfuerzo que va contra el orden natural de las cosas  hace más mal que bien!

A mayor fluidez, menor esfuerzo.  A menor fluidez(*), mayor esfuerzo. La gran mayoría de las personas siente que la vida es un gran esfuerzo, un sacrificio a veces, que hay que trabajar duro para conseguir algo.  Evidentemente este mundo físico es un lugar laborioso: nuestro cuerpo hay que alimentarlo, vestirlo, lavarlo, cuidarlo. Las cosas conllevan su propia inercia y todo movimiento exige un esfuerzo que se contraponga a esta inercia.  Somos víctimas de ella en muchos momentos, cuando la sensación de un gran peso corporal nos invade.  En la depresión(**) parece que el cuerpo pesa toneladas, cualquier movimiento es un esfuerzo enorme.

En este sentido, el mundo físico es un lugar de esfuerzo, de trabajo. Pero esta misma necesidad de acción y movimiento puede ser una fuente de enorme placer… con la actitud mental e intención correctas, además de la dosis adecuada, la acción no cuesta. La llave es aunar cualquier cosa que estemos haciendo con esta actitud correcta. El auto-esfuerzo tiene que cooperar con el orden natural de las cosas, si no, ¡¡¡hacemos más daño que bien!!!

Por mucha fuerza mental que tengas, si te empeñas en que de un manzano nazca una pera, no lo conseguirás jamás… pero sí un buen dolor de cabeza.  Sin embargo, si aportas al manzano tu energía y atención, sin duda le ayudarás. Todo esfuerzo debe acompañar la energía autentica de cada cosa, situación o persona, sin querer doblegar su orden natural por capricho o necesidad de comprobar tu propio poder. El esfuerzo mal empleado únicamente aumentará las malformaciones de la personalidad y con ello el sufrimiento y el dolor.

Ejercicio: Esta semana trata de tomar consciencia de todo aquello que no fluye, todo lo que te causa un esfuerzo.  Literalmente anota las acciones a las que te obligas, las que haces por obligación, sin placer. Lo que te parece un sacrificio, aunque lo justifiques con muy buenas razones. Haz también una lista de lo que haces a gusto, placenteramente, lo que sientes que te nutre y te parece divertido y lúdico.  Mira las dos listas y ve como es el panorama de tu vida  ahora mismo… ¡la semana próxima te propondré más cosas!

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(*)Fluidez – el agua es fluida, y la energía también.  Por esto, podemos imaginar como actúa el agua cada vez que queremos saber como actúa la energía. El agua fluye por el surco más profundo, por el camino de menor resistencia, y así también la energía. Los pensamientos que estén más arraigados en nuestro sistema de creencia, las emociones más violentas que nos dominen formarán el surco por el que corre la energía espontáneamente. Por esto, si conseguimos seleccionar pensamientos y emociones, seleccionamos lo que queremos nutrir y materializar en nuestra vida.

(**)Depresión – es un estado de no-fluidez.  Justamente corresponde a una energía estancada, parada. El pensamiento que preside este estado es el de que no hay salida, que no somos capaces ni tenemos recursos en una determinada situación. Nos odiamos por ser impotentes y esta emoción es la que vibra dentro del compartimento sellado por el pensamiento cerrado. Resultado: peso, cansancio, odio, dificultad de cualquier acción constructiva. Es el estado de la inercia.